Cómo manejar las rabietas de los niños
Sean comprensivos. Su hijo no es un adulto en miniatura. Él no sabe controlar sus emociones, de modo que tiende a reaccionar de forma exagerada. Traten de ponerse en su lugar...
No pierdan la calma. Si su hijo está en pleno berrinche, enojarse no arreglará las cosas. En la medida de lo posible, ignoren la escena y actúen con naturalidad. Recuerden por qué ocurren los berrinches; eso les ayudará.,,
No cedan terreno. Si acceden a las demandas de su hijo, sean cuales sean, seguramente él repetirá la rabieta la próxima vez que quiera algo. Demuéstrenle con calma que están hablando en serio....
LAS CAUSAS
Los niños pequeños tienen muy poca experiencia en el manejo de las emociones. Esa inexperiencia puede resultar en una que otra rabieta. Pero hay otros factores que las provocan.
Piensen en el cambio que experimenta un niño a los dos años. Desde el día en que nació, los padres han atendido todas y cada una de sus necesidades. Si lloraba, corrían a ver qué le pasaba: “¿Está enfermo el bebé? ¿Tiene hambre? ¿Hay que cargarlo? ¿Hay que cambiarlo?”.Hacían lo que fuera necesario con tal de remediar la situación, lo cual es bueno, pues los bebés están completamente indefensos.
Pero ahora, el niño empieza a darse cuenta de que las cosas están cambiando. En vez de que sus padres hagan lo que él quiere, él tiene que hacer lo que ellos dicen. Los papeles se están invirtiendo, y no está dispuesto a rendirse sin luchar, por lo cual recurre a las rabietas.
Con el tiempo, el niño termina aceptando el hecho de que sus padres son sus maestros, no solo sus cuidadores. También reconoce su verdadero papel: obedecerlos. Pero en el proceso es muy probable que les exprima hasta la última gota de paciencia a fuerza de berrinches.